Ahogados Por Los Productos Químicos

martes, 23 de marzo de 2010
En Substratum llevamos mucho tiempo luchando por una sociedad libre de productos químicos. Nos referimos, no sólo a los que se utilizan en el sector alimentario, y que han ido sustituyendo a la calidad de los alimentos, sino a los que se usan en el campo, especialmente los pesticidas.


Hemos recibido otra prueba de que los pesticidas son perjudiciales para la salud. Al parecer, las mujeres que tienen la mala suerte de estar expuestas a ciertos pesticidas, aumentan el riesgo de desarrollar tiroidismo, ha revelado un estudio, señalaron miembros del equipo, de la University of Nebraska, en Omaha. La glándula se encuentra en la base de la garganta y es clave en la regulación del uso de la energía corporal. Los problemas de la glándula tiroides son más comunes en las mujeres que en los hombres

El equipo estudió a más de 16.500 mujeres en Iowa y en Carolina del Norte casadas con hombres que solicitaron una licencia para aplicar pesticidas controlados en esos estados. El 12,5 por ciento de las mujeres tenía enfermedad de la tiroides, el 7 por ciento sufría de hipotiroidismo y el 2 por ciento de hipertiroidismo. La tasa de esas enfermedades en la población general es de entre el 1 y el 8 por ciento.

Al analizar 44 pesticidas, el equipo halló que las mujeres casadas con hombres que alguna vez habían usados insecticidas organoclorados, como aldrín, DDT y lindano, eran 1,2 veces más propensas a tener hipotiroidismo. Algunos de esos pesticidas ya no se usan, aunque el lindano está disponible para eliminar la pediculosis.

El riesgo de hipotiroidismo en las mujeres expuestas a los antifúngicos era 1,4 veces mayor.

El clordano, que es un pesticida organoclorado, aumentó 1,3 veces el riesgo de hipotiroidismo, mientras que el herbicida paraquat casi duplicó la posibilidad de desarrollar hipotiroidismo.

La exposición al maneb/mancozeb elevó más de dos veces el riesgo femenino de desarrollar hipertiroidismo. Fue el único pesticida estudiado que aumentó el riesgo de desarrollar ambos trastornos de tiroides.

Se desconoce por qué los pesticidas están asociados con estos problemas glandulares. Pero algunos estudios habían sugerido que tendrían bajos niveles de ciertas hormonas tiroideas.

Pero no sólo se puede morir de la exposición a residuos nucleares, o a pesticidas peligrosos. En nuestro paí, miles de personas siguen muriendo por un acto tan social como el tabaco. El problema es que ellos NO eligen fumar, sino que tienen que conformarse con que otros fumen por ellos. Y es que el tabaco es responsable de la muerte de 1.000 trabajadores de hostelería cada año, por enfermedades relacionadas con la exposición a las partículas en suspensión en los locales donde se fuma. En estos lugares, la contaminación ambiental es diez veces más alta que en la calle y excede entre cuatro y ocho veces la recomendada por las autoridades sanitarias, se ha hecho público recientemente.

Uno de los datos más evidentes que se ha puesto de manifiesto es que por término medio, el nivel de contaminación por partículas tóxicas en suspensión en los locales donde se fuma, aunque sólo lo hagan dos o tres personas, es diez veces más alta que en la calle y excede entre cuatro y ocho veces las recomendadas por las autoridades sanitarias. Si en la calle el nivel de contaminación fuese parecido, las autoridades sanitarias decretarían 'alarma ambiental' y recomendarían a la población no salir.

Las principales víctimas del tabaquismo pasivo, son los trabajadores de la hostelería, que pasan entre 8 o 10 horas en su puesto de trabajo, una situación que no pueden elegir, además de ser peligroso para los clientes.

Según el estudio, debido a que la exposición al humo del tabaco es acumulativa (a más horas de exposición más riesgos), se estima que en España se registran unas 1.000 víctimas anuales entre los trabajadores del sector hostelero por el tabaco inhalado en los últimos 30 o 40 años.

El tabaco pasivo es la tercera causa de muerte prevenible en España, unas 3.200 anuales en los estudios más
conservadores. La primera es el tabaquismo activo, con 53.000 fallecimientos, y la segunda el abuso del alcohol, con 8.500. Además, los sistemas de ventilación sólo funcionan, según los fabricantes, cuando no se fuma. Son unos sistemas que en la mayor parte de los casos no protegen nada a los trabajadores y tampoco a los clientes.

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