Para alcanzar este objetivo, sube a las altas montañas y baja hasta los valles más profundos de tu alma. Inspira y siente que estás absorbiendo hacia tu interior todo lo que existe en los cielos y en la Tierra. Expira, y siente que el aire que sale de tu cuerpo es portador de la semilla de la fecundidad, y que va a hacer de la humanidad algo más verdadero, mejor y más hermoso
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