Todo en el Universo viene de la misma fuente. Esta fuente, a la que llamamos vida, contiene tanto nuestro pasado, como el presente y el futuro.
A medida que el hombre avanza, puede desintegrar o armonizar la energía vital. El mal nace en el momento en que empezamos a creer que es sólo nuestro lo que en verdad pertenece a todos. Eso provoca soberbia, deseos inútiles y rabia.
Pero el que no se deja poseer por las cosas, acaba siendo dueño de todo.
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