Barcelona Tiene la Palabra

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La minicumbre del clima de Barcelona que comenzó el lunes supone el último encuentro antes de la cumbre de Copenhague, de la que debe salir un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto. En Barcelona, 4.000 delegados de 180 países se reúnen sin ministros para adelantar detalles antes de la cita final, el próximo diciembre. Son los últimos cinco días de negociación antes de Copenhague. Más de 2.000 ONG y una serie de eventos paralelos convertirán hasta el viernes a Barcelona en el epicentro del mundo en cambio climático.

 El secretario de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, resumió lo mínimo que se le puede pedir a Copenhague. "Lo primero, necesitamos objetivos claros y ambiciosos de reducción de emisiones a medio plazo e individuales para los países desarrollados. Lo segundo, claridad sobre qué harán los países en desarrollo para limitarlas. Tercero, apoyo económico de los países industrializados para ayudar a las naciones en desarrollo a adaptarse a los impactos del cambio climático. Y cuarto y último, claridad en cómo se va a gestionar todo eso".
El problema es que los cuatro puntos están interrelacionados y pendientes de múltiples factores. Los países en desarrollo exigen recortes más ambiciosos que los países ricos. Mientras China pide que rebajen sus emisiones de CO2 un 40% en 2020 respecto a 1990, EE UU sólo frece bajarlas un 7%, y Japón, el 25%. La UE se ha comprometido al 30%, pero sólo "si hay un esfuerzo comparable" de países como EE UU. Y eso no se sabrá mientras el Senado de EE UU no tramite la ley del clima que los republicanos intentan demorar.
La financiación también sigue pendiente, aunque la UE acordó el viernes que los países en desarrollo necesitarán 100.000 millones de euros al año a partir de 2020, pero tampoco aclara cómo se repartiría esa carga. Además, en la UE los países del Este comienzan a recelar del acuerdo.

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